Wesley Sneijder, Arjen Robben y Robin Van Persie son las tres caras más visibles y reconocidas de Holanda, transformada desde el Mundial de Sudáfrica y con un trío de estrellas que se encuentran ante la que puede ser su última gran oportunidad de agarrarse al tren del éxito más grande del mundo del fútbol.

El combinado "oranje" ha sabido renovarse desde que perdió la final ante España en el anterior Mundial. De los once futbolistas que disputaron aquel encuentro que perdieron 1-0, han estado jugando con asiduidad los tres nombres citados más Nigel de Jong y alguna esporádica aparición de Dirk Kuyt.

El resto, Stekelenburg, van de Wiel, Heitinga, Mathijsen, van Brockhorst y Van Bommel, fueron desapareciendo poco a poco del conjunto que dirige Louis van Gaal. Una hornada de jóvenes ha ido poblando un combinado que ha sabido conjuntar experiencia y veteranía a la perfección.

Daley Blind, Jasper Cillessen, Memphis Depay, Stefan de Vrij, Leroy Fer, Daryl Janmaat, Bruno Martins Indi y Georginio Wijnaldum son sólo algunos de los ejemplos de renovación de un equipo, que, sin embargo, sigue viviendo, y mucho, de Robben, Sneijder y Van Persie.

Los tres están completando un Mundial excepcional, pero tienen 30 años y para el próximo campeonato que se disputará en Rusia dentro de cuatro años tendrán 34. Es muy difícil que sobrevivan en un equipo muy dado a sustituir a los veteranos en cuanto aparece una nueva hornada de cachorros. Y es raro el ciclo en el que por Holanda no aparezca una nueva generación llamando a las puertas de la selección absoluta.

Pero mientras llega ese momento, los tres están disfrutando el Mundial de Brasil como si fuera el último. Robben, por ejemplo, ha dejado atrás ese fallo ante Casillas en un mano a mano que podría haberle dado un Mundial a Holanda, que ya ha perdió antes otras dos finales (en 1974 contra Alemania y en 1978 frente a Argentina).

El extremo del Bayern de Múnich está siendo uno de los mejores en Brasil. Suma tres goles y una asistencia además de una jugada en octavos contra México que fue decisiva: en el minuto 93 provocó el penalti que transformó Klaas-Jan Huntelaar y que dio la victoria a su selección.

Sneijder no se queda atrás. Suyo fue el gol del empate pocos minutos antes de aquel penalti. Cuando Holanda estaba eliminada, apareció para dar aire a un equipo que se veía otra vez fuera y otra vez sin un nuevo título grande que renovara el único que tienen, el de la Eurocopa de 1988.

Y Van Persie, tras un curso afectado por las lesiones en el Manchester United, con el que sólo ha podido jugar este año 28 partidos, ha renacido a tiempo para volver a brillar. Tiene el honor de haber marcado el tanto más estético del Mundial, un cabezazo plástico a más no poder que batió a España en el primer partido. A ese gol, añadió otros dos para sumar los mismos que Robben y formar un dúo implacable.

Mientras los tres sueñan con coronarse en Brasil, espera Costa Rica en cuartos de final. Sobre el papel, Holanda es favorita para plantarse en las semifinales, que serían las cuartas en toda su historia. Pero no pueden fiarse y de ello avisan en la concentración "oranje".

Atrás quedaron generaciones con jugadores excepcionales que no pudieron ganar el Mundial. Johan Cruyff, Dennis Bergkamp, Marco Van Basten, Ruud Gullit, Johan Neeskens, Rud Van Nistelrooy o Rob Rensenbrink jamás levantaron una copa Jules Rimet. Se quedaron en un camino que quieren continuar tres grandes del fútbol holandés que se encuentran ante su último tren. Todos se quieren subirse para llegar a la última estación: Maracaná.

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